¿Sabías que según el informe Demografía Empresarial del INEI, el número de empresas dadas de baja en el último trimestre del 2022 aumentó casi seis veces respecto al mismo periodo del año anterior?
Sin duda, este es un claro indicio de que los emprendedores peruanos no logran adaptarse y no cuentan con respuestas rápidas a los entornos cambiantes de la sociedad actual.
Para que las empresas puedan ser ágiles y dinámicas, es necesario que implementen metodologías ágiles en sus procesos y cultura interna ya que nos encontramos en un entorno BANI, acrónimo que significa que estamos en un ambiente “quebradizo”, que genera ansiedad, no lineal e incomprensible.
¿Qué son las metodologías ágiles?
Según Mary Carmen Chávez, docente del curso “Capacitación de Metodologías Ágiles en el Diseño de Soluciones de Negocio” del CIDE PUCP, pueden definirse como un conjunto de métodos que permite adaptarnos a las exigencias del mercado.
“Las metodologías ágiles aportan flexibilidad, eficiencia y rapidez a las organizaciones. Sus procesos permiten lograr un mejor producto, resultado de la optimización del tiempo, reducción de costes e incremento de la productividad”, señaló.
¿Cuáles son los tipos de metodologías ágiles que recomienda utilizar?
A pesar de que existen diversas adaptaciones de las mismas, recomienda dos que se complementan a la perfección y “facilitan el trabajo de las compañías que buscan mantenerse en la vanguardia”: Design Thinking y Lean Startup.
“Ambas metodologías ágiles se adaptan y responden de manera inmediata al cambio, generando un producto mínimo viable de bajo costo a partir de la validación de hipótesis formuladas”, advirtió.
Conoce los 6 beneficios de las metodologías ágiles para las empresas
1. Acortamos los ciclos de desarrollo de productos
Los equipos que utilizan metodologías ágiles en sus procesos tienen reuniones constantes para revisar sus avances y correcciones, lo que permitirá salir rápido al mercado en un futuro.
2. Ahorramos recursos y tiempo
No es necesario presentar un producto terminado, sino funcional para que pueda ser probado por nuestros usuarios. Esto ayudará a guardar recursos para el siguiente prototipo, que nos acercará más a la solución del problema.
3. Reducimos los riesgos que conlleva crear nuevos productos o servicios
Las metodologías ágiles ajustan los productos generados a las necesidades y deseos de los futuros usuarios: ellos podrán evaluar su calidad y funcionalidad.
4. Evitamos cometer errores, desarrollando y lanzando productos por los que nadie nos pague
Si un prototipo no resolvió el problema del cliente, se puede corregir en intervalos cortos de tiempo: recuerda que según el consejo número dos de este listado, el prototipo no debe ser costoso.
5. Ganamos valiosa retroalimentación de nuestro cliente
Las metodologías ágiles ponen al cliente en el centro de toda acción de la empresa y trabaja siempre en base a sus opiniones y experiencias.
6. Maximiza la creación de valor para el cliente
Se podría considerar al cliente como parte del equipo ya que sigue de cerca el proceso de creación. Gracias a ello, el producto generará mayor valor comparado al creado por una empresa tradicional.
¿Te gustaría recibir mayor entrenamiento respecto a las metodologías ágiles? No te pierdas este curso del CIDE-PUCP.