Por: José Matos
Cuando un emprendedor llega con un proyecto social bajo el brazo y empieza a tocar puertas para convencer a inversionistas y donantes de que se puede pensar en algo más que ganancias es visto con desconfianza. Un emprendimiento social puede ayudar a un sector de la población, pero varios emprendimientos sociales podrían cambiar el país.
Por su propia naturaleza, una empresa de tipo social no está orientada a generar grandes ganancias, lo que no quiere decir que no pueda lograrlo. Este matiz es lo que ahuyenta a algunas personas al momento de elegir entre un emprendimiento social y uno comercial, la rentabilidad. Si desde el estado o el sector privado se pudieran generar más fondos o beneficios para este sector, la historia podría ser diferente.
En los últimos tiempos, la mayoría de emprendedores son millennials, una generación que apunta a convertirse en sus propios jefes y construir una buena vida, una aspiración legítima pero carente de un enfoque social.
¿Es posible cambiar ese escenario? Tal vez deberíamos empezar por concientizar a la gente sobre el tipo de realidades que existen en el Perú.
Alianza universidad-empresa
Otro elemento sería construir una alianza universidad-empresa. En Chile, universidad y empresa se han unido para impulsar un pequeño Silicon Valley y desarrollar técnicamente emprendimientos sociales y comerciales.
Cuando Fernando Tamayo empezó su emblemático proyecto social Yacqua, tenía en contra muchos factores. Esa es una muestra que no basta con tener conciencia social, también hace falta perseverancia, tener el espíritu de emprendedor dispuesto a asumir riesgos, buscar contactos claves, contagiar a otras personas para apoyar esta causa entre otras cosas.
Tanto como se necesitan las mismas cualidades de alguien que realiza un emprendimiento comercial, también hay que evitar cometer errores comunes como no definir bien el mercado, no saber cuál es el precio real del producto o servicio motivo del emprendimiento o estar al margen del tema financiero. En los emprendimientos sociales, no por tener el componente solidario este se “vende solo”, hay que generar las mismas estrategias como cualquiera para lograr que sea adquirido.
Las posibilidades de un emprendimiento social son infinitas, podemos contribuir con causas como la educación, la salud, la contaminación ambiental, la protección de los derechos de niños y adolescentes, mejorar y promover el acceso a servicios, etc.
Mejores oportunidades para todos
Si fuéramos conscientes de sus posibilidades posiblemente habría mejores condiciones para emprendedores sociales. En el OpenPUCP, nuestros estudiantes tienen un acercamiento a estas iniciativas porque apuntamos a construir el perfil de un emprendedor con una mirada de país, algo que ayudará a entender la empresa como una forma de generar mejores oportunidades para todos.
Conoce nuestros programas: cide.pucp.edu.pe
Visita nuestras redes sociles:
Facebook: Centro de Innovación y Desarollo Emprendedor
LinkedIn: CIDE PUCP
Instagram: @cidepucp
Twitter: @cidepucp