• Mónica Abarca es nuestra #SedePUCP en el mundo de las startups peruanas de alto impacto: es ingeniera mecatrónica PUCP y post incubada en NEXUM, la incubadora de empresas de la  PUCP. 
• qAira, la startup que lidera, nació en las aulas de la universidad. Esta empresa nació para enfrentar el problema de la contaminación del aire y  mide la calidad de aire en tiempo real a través de drones y módulos qHAWAX de última generación.
• De acuerdo al informe de IQAir, el Perú se encuentra en el puesto 38 de 95 países en el ranking mundial de los países más contaminados a nivel de aire. 

 

Lima, 25 de marzo del 2022.- Mejorar la calidad de vida de los peruanos gracias al monitoreo del aire y contribuir en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es la principal motivación de Mónica Abarca, ingeniería mecatrónica de la PUCP y CEO de qAira, la startup que utiliza los drones y módulos para estos fines. Conoce cómo influyó la universidad en su desarrollo profesional y en la formación de su empresa. 

Desde muy pequeña, Mónica siempre supo que su vida estaría ligada a las ciencias. Uno de sus primeros referentes fue su abuelo, quien estudió ingeniería eléctrica. Durante su etapa escolar, Mónica obtenía calificaciones sobresalientes en los cursos de matemática y física. Con el paso del tiempo y gracias al apoyo de su familia estudió la carrera de ingeniería mecatrónica en la Pontificia Universidad Católica del Perú y asistió a Singularity University, en Silicon Valley.

“La PUCP es una etapa fundamental en mi vida hasta el día de hoy. Participé en grupos de investigación extracurriculares y esto me permitió tener múltiples oportunidades y rodearme de personas valiosas. No solo me brindó conocimientos técnicos, sino que desarrollé mis habilidades blandas, tan necesarias para liderar a mi equipo qAira, en una maestría que cursé en la misma universidad”, comenta Abarca. 

 

Su vida universitaria

La exitosa empresaria nos comenta que todos los cursos que llevó en la universidad fueron de mucha utilidad, pero el que marcó su vida fue el de “Introducción a la Ingeniería Aeronáutica”, donde conoció a Carlos Saito, profesor de dicha asignatura que luego se convirtió en su socio en qAira.

“Este curso fue el inicio de mi emprendimiento, aprendí sobre drones, vehículos aéreos y el equipamiento que requiere. Me involucré con este tipo de tecnología que se encontraba en auge por aquellos años. Sin duda, fue el más representativo de toda mi vida universitaria”, señaló. 

También recuerda con cariño el campus de la universidad, el que no puede visitar desde hace mucho tiempo debido a las restricciones de la pandemia. Según comenta, la biblioteca fue el lugar de estudio más recurrido para resolver tareas en absoluto silencio, pero la cafetería cercana a la Escuela de Estudios Generales de Ciencias era el punto de encuentro  con sus grandes amigos.

“En esta cafetería, que se encontraba cerca a Física, me reunía a debatir con mis compañeros. Comíamos postres súper ricos y conversábamos de diversos temas. Nos sentíamos libres en ese espacio. También recuerdo las competencias  de robótica y las amanecidas para que nuestros proyectos funcionen bien”, menciona Abarca. 

 

El camino de la mujer en la ciencia

Mónica considera que aún hay un camino largo por recorrer en la inclusión de las mujeres en el rubro de tecnología, pero que hay cambios positivos porque puede notar un aumento de mujeres que  lideran startups y más instituciones que buscan la igualdad de oportunidades.

“Cuando inicié mis estudios y mi vida como emprendedora sí noté una presencia mayoritaria de los hombres en el sector, pero veo un cambio positivo. Debemos apoyar a las mujeres a perseguir sus sueños. Nosotras no tenemos ninguna limitación, somos muy capaces de desarrollarnos en cualquier área”, finalizó.